MI LIBRO BLANCO DE LA PROFESIÓN DOCENTE

Como filósofa (ja!) me ha llenado de cierta esperanza en mi formación, el hecho de que la redacción del Libro Blanco de la Profesión Docente y su Entorno haya sido llevada a cabo y coordinada por un "colega". No parece fácil, en la sociedad española encontrar una "utilidad" a la filosofía y sus gentes. 

Pero orgullos aparte, la lectura de esta propuesta me excita intelectualmente, me anima al ejercicio de la docencia y me hace soñar... Lo que significa que me conecta con la fantasía, esa peligrosa amiga... 

Parece que el funcionamiento en general de la educación en España es un "tira pa'alante lo mejor que puedas. Y no vayas muy motivada que te caerán chuzos de punta. Llega hasta donde puedas y date con un canto en los dientes". Y en mi opinión esto es lo normal y cotidiano, no solo en la educación, sino en muchos otros ámbitos también. 

De todo el Libro Blanco, lo que detecto que más me hace vibrar es ese sueño de cooperativismo, de centro educativo unido, de equipo de profesorado, de plan de centro, de comunidad educativa... ¡Exploto de entusiasmo! Sin embargo, sospecho que, en general, encontraré cierta resistencia al cambio por parte de muchos docentes que llevarán mucho o algún tiempo en su puesto de trabajo y en el abandono motivacional. Que habrán encontrado su trinchera y que no querrán más que "tirar pa'lante" y alegrarse de algunos triunfos. Pues claro...  Qué marrón nos cae encima. "Si cuando yo estudiaba el profesor era la autoridad". Y ahora la autoridad sigue estando mal entendida. Y queremos que los docentes sepan educar en una cultura democrática, cuando de base, el modo de relación entre esos mismos adultos no tiene nada de democrática. La escuela cumple su función social: es reproductiva del modelo y sus costumbres. Disciplina y controla. No es generadora de una "nueva" comunidad  (¿idealmente lo sería? ¿qué es antes, el huevo o la gallina?) Es adoctrinante y aburrida. Como la institución laboral a la que queremos conectarla.

No es derrotismo. Es un bocado de realidad, que luego creo que se lleva más o menos bien porque, por suerte, la vida es más diversa. Y pasan muchas otras cosas y no solo la escuela (y el trabajo). Así que es posible (y yo lo he vivido), que en medio de la arenas movedizas y de los barrizales del sistema educativo, florezcan momentos con personas, que además de hacer sus carreras universitarias y sus oposiciones, hayan conectado sus cuerpos con experiencias de aprendizaje significativas, y que de pronto, en una de sus clases (o en varias) sepan comunicar y meta-comunicar, y al menos, durante ese rato, ocurrirá algo excitante y humanizante ante un público excepcional, que son los adolescentes on fire. Y que no lo olvidarán (bueno, muchos lo olvidarán, pero algunos no). 

Mi Libro Blanco De La Profesión Docente está aún en blanco, esperando expectante a verme en situación. Y escribir en él lo que de hecho funcione en mi experiencia (es un poco tortuosa esta espera).

Gracias José Antonio, por escribir esta "carta a los reyes". Algún regalito caerá. Porque al menos algunas ya te hemos leído. Y se hará lo que se pueda. 

De elegir algo Blanco y fantasioso, elijo este oso de cuento que viene a decir que la fortaleza y la confianza para llevar a cabo aquello que estés haciendo, lleva tiempo y una importante conexión con tus fuerzas psíquicas, que de no ser escuchadas son altamente volubles. 

¡Vivan los cuentos!






Comentarios

  1. Lindo trabajo el de la enseñanza, más que vocación es misión y me encanta leer que lo llevas tan apasionadamente!!!

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  2. Leyendote me recuerda al miedo de elefante que tengo ante el situarme en un escenario desconocido para ejecutar un plan. Suelo consultar casi al punto de llegar a la absurdez de experiencias ajenas. Me pongo a inventar escenarios posibles de pesadillas que me pueda ocurrir. Es perplejo y fascinante muchas veces para mí ver las cosas desde el epílogo de mis historias. Desde el mirar atrás al principiante al practicante, del practicante al quemado, quemado al vacío.
    El traspaso de los eventos plausibles y posibles a experiencias vitales, la conversión de los hechos acumulados desde lo dicho, pensado y preparado. A veces puede coincidir los hechos a lo descrito por mis fuentes fidedignas, pero es continuamente mutante la lectura que tengo sobre mi situación laboral, personal, social, afectiva, según pasan los dias aparentemente repetitivos y mis experimentos y revisiones continuas.

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