LOS SIETE SAMURAIS Y EL DOBLE CURRICULO
El caso, es que cada vez que veía los Siete Samurais, entendía que yo estoy educada en esos sentimientos, en esa manera de relacionarme con la incertidumbre y con la adversidad. Que no me siento capaz y que persisto con facilidad en mi pequeña seguridad, aunque sea miserable.
Que no soy samurai, que soy campesino. Atemorizada y rácana, vestida de humildad y muerta de miedo.
Leyendo sobre la existencia de los dobles currículos, habiendo escuelas elitistas donde se incentiva el esfuerzo, la competencia y la audacia, y otras escuelas más humildes donde el interés se centra en la sociabilidad y la felicidad, pienso que a unos se nos educa/domestica y se nos amansa en beneficio de otros que se relacionan con el poder y la violencia de manera más legitimada.
De la película destaco el personaje de Kikuchiyo, que se libera de su educación campesina y sin haber sido instruido como samurai, sin embargo se atreve a apropiarse de esa identidad y saca su rabia, su poder y su alegre locura.
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